Según el Gobierno del Reino Unido, el 95% de todas las mercancías llegan al país por mar.
El aumento previsto de los costes de los ferries ejercerá una presión significativa sobre los márgenes de la cadena de suministro a partir del año 2024.
En un momento en que la economía ya está luchando contra la presión inflacionaria y la crisis del coste de la vida, las empresas tendrán que prepararse para hacer frente al aumento del coste de los billetes de ferry.
Le pedimos a nuestro Director General, Alex McDonald, que nos explique qué cambios podemos esperar ver en los próximos años.
Este impuesto introducido por la Unión Europea se basa en las emisiones de CO2 del buque por tonelada de carga transportada y kilómetro recorrido. Se aplicará en el marco del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE), en virtud del cual las compañías de ferries tendrán que comprar derechos por sus emisiones de carbono.
El primer año, los operadores deberán comprar derechos por el 40% de sus emisiones, luego por el 70% en 2025 y por último por el importe total en 2026. Como desde hace tres años todos los operadores han tenido que notificar sus emisiones de esta manera, ya es posible saber cuánto CO2/T/km han generado sus transportes.
El transporte marítimo (aunque es uno de los métodos más ecológicos que existen para mover carga) sigue representando el 3% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a escala mundial. Para reducir estas emisiones y animar a los armadores a invertir en buques más ecológicos, la Unión Europea introducirá el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión en 2024. Estas inversiones, y el precio de las emisiones de carbono, supondrán un aumento de los costes para los operadores de ferries, que a su vez repercutirán este coste en los clientes.
En principio, sí, ya que el impuesto grava las emisiones de carbono. Cualquier operador de ferry que pueda reducir el uso de combustibles basados en el carbono podrá reducir la cantidad de "derechos de emisión de carbono" que necesita comprar.
Algunos operadores ya han realizado el cambio a combustibles alternativos. Por ejemplo, los buques más nuevos de Brittany Ferries funcionan con GLP (gas licuado del petróleo), lo que supone una reducción del 25% de las emisiones de carbono. Por su parte, Scandlines, tiene algunos buques que funcionan al 100% con baterías y está construyendo actualmente otros en Turquía. DFDS y Stena Line están desarrollando ferries que funcionan con baterías. Por último, Stena Line acaba de encargar unos buques diseñados para funcionar con metanol en su ruta Heysham - Belfast.
Sin embargo, esto no anulará por completo el aumento de los costes para los usuarios del transporte de mercancías, puesto que los operadores tendrán que recuperar de algún modo el coste de estas elevadas inversiones de capital.
Bueno, no exactamente. Este impuesto se aplica a todas las rutas de entrada y salida de la Unión Europea, por lo que las rutas entre el Reino Unido e Irlanda del Norte y las nacionales no estarán sujetas a este nuevo régimen. Aunque esta situación podría aumentar aún más el tráfico en las rutas de Irlanda del Norte.
Interesante pregunta. Los costes correrán a cargo de cada operador de ferry, que podrá optar por repercutirlos a sus clientes como considere oportuno. Algunos operadores de buques RoPax (carga y pasaje) pueden aplicar recargos a los turistas y a la carga.
Si hablamos en términos de utilizar de forma eficiente los buques, el coste se repartirá entre más envíos. Por lo tanto, las rutas menos populares pueden verse afectadas negativamente, sobre todo si operan con buques más viejos que consumen más combustible (y por tanto, contaminan más). Es posible que los horarios se ajusten para permitir tiempos de viaje más largos (al igual que los camiones, los buques consumen mucho más combustible a mayor velocidad). Algunos operadores ya están probando esta opción, incluyendo Seatruck Ferries.
Se prevé que los operadores den a conocer una visión más detallada de los costes a finales del tercer trimestre o principios del cuarto.
Por ejemplo, Stena Line ha creado un recargo denominado "Shadow ETS" con el fin de ayudar a simplificar la transición, proporcionando un ejemplo de estimación mensual del coste del futuro impuesto sobre el carbono. Se actualizará mensualmente y está disponible en el sitio web de Stena Line.
Es cierto que estas tasas no empezarán a aplicarse hasta 2024, ¡pero ahora es el momento de asesorar a sus clientes para prepararlos para lo que se avecina!
El impuesto sobre el carbono del RCDE para el transporte marítimo generará costes adicionales en el sector del transporte -además de la carga administrativa del Brexit y los recargos de azufre SECA que se aplicaron en 2015 y 2020- y estar al corriente de estos cambios es algo fundamental.
En Freightlink siempre ayudamos a nuestros clientes a encontrar las rutas más rentables y sostenibles para su transporte. Nuestro equipo está muy atento al próximo plan y, a medida que conozcamos más información, le mantendremos informado.
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